Ana Cristina Ulloa nace en San José, un 18 de enero de 1950, en el hogar formado por Rodolfo Ulloa Antillón y doña Vilma Delgado Estrada. Durante su infancia, Cris, como le llaman muchos de sus amigos, nunca llegó a imaginar que se convertiría en una de las mejores jugadoras de voleibol en la historia de Costa Rica.
De hecho, sus primeros pasos en esta disciplina se dieron hasta que la joven Ulloa paso a cursar sus estudios de secundaria, en el Colegio Nuestra Señora de Sión, a la edad de 14 años. Corría, entonces, el año de 1973. Un año que guarda especial significado en la memoria de Ana Cristina.
Gracias a la motivación, confianza y empeño que puso el entrenador del Colegio Sión, Melvin Mena, la joven Ulloa decide inscribirse en el equipo y representar con orgullo a su institución. El resultado de esta aventura no podría ser mejor. Ese mismo año es llamada en calidad de preseleccionada nacional de voleibol mayor y, posteriormente, se le convoca para integrar la Selección Nacional que representó a Costa Rica en los Primeros Juegos Centroamericanos realizados en Guatemala.
Para cerrar con broche de oro ese año de 1973, el Círculo de Periodistas y Locutores Deportivos la distingue como "La Novata del Año".
A partir de ese momento, Ana Cristina Ulloa se convierte en Seleccionada Nacional en forma consecutiva, hasta la fecha de su retiro y, desde 1974, titular en el rectángulo. Una carrera deportiva que comienza marcada por el triunfo y reforzada por el trabajo y la dedicación de esta singular atleta.
Varios fueron los equipos que tuvieron el honor de contar en sus filas con el concurso de la joven Ulloa. El Colegio Sión, La Salle, UNA-Salle, Muebles Máximo, Calasanz y la Universidad de Costa Rica cuentan entre ellos.
En cada uno de estos equipos, Ana Cristina dejó una huella imborrable de triunfos y satisfacciones. Cuenta en su historial con 9 primeros lugares en el Campeonato de Copa (de 1974 al 1976, de 1978 a 1982 y 1986).
Además el Círculo de Locutores y Periodistas Deportivos la declara como la Voleibolista del año 1977 y 1978.
Pero sus hazañas tracenderían las fronteras nacionales, hasta el punto de lograr que el Pabellón Nacional ondeara en importantes eventos, cuando la Selección de Costa Rica era condecorada con la medalla de oro. En 1977 dos eventos internacionales engalanan el voleibol nacional. Nuestra Selección Nacional, en la categoría femenina, obtiene, durante el mes de agosto en ciudad de Guatemala, el primer lugar de la III Copa Centroamericana de Voleibol y en el mes de noviembre en la ciudad de San Salvador, la medalla de oro en los II Juegos Deportivos Centroamericanos.
A ello se suma la clasificación lograda por Costa Rica para participar en el Primer Campeonato Mundial Juvenil de Voleibol, celebrado en Brasil en el mes de Setiembre de 1977.
En estas justas la selección quedó en el octavo lugar, sin embargo es importante destacar que una discuplina con pocos años de desarrollo en el país (el voleibol se introdujo en los años 60’s), ya representaba a Costa Rica en competencias a nivel mundial. Muchos otros triunfos se sumarían a los ya señalados durante los 13 años de transitar por las canchas deportivas de esta ejemplar atleta. Entre todos ellos se pueden señalar a la medalla de oro en el Torneo Centroamericano de Campeones y Subcampeones, en 1980 y su designación como abanderada de la delegación de la Universidad de Costa Rica en los IV Juegos Universitarios, llevados a cabo en Venezuela, en 1982.
Al llegar el año de 1986 Ana Cristina Ulloa decide dejar las competencias de alto rendimiento para dedicarse a la vida personal y profesional pero al retirarse lo hace como los grandes, como los campeones.
En el año de su retiro obtiene, con el equipo de la Universidad de Costa Rica el Campeonato de Copa y Campeonato Nacional y, con la Selección Nacional le entrega a su país otra medalla de oro durante los III Juegos Deportivos Centroamericanos, de Guatemala. El periodista Carlos Morales, de la prensa chapina da cuenta los hechos en sus crónicas al señalar: "Costa Rica, un campeón invatible en la rama feminina, después de finalizar el torneo. De los cuatro partidos solventados, no perdió ningún juego, tampoco cedió un set a sus rivales, para proclamarse monarca invicto,… y dar una pequeña cátedra de cómo se debe defender y atacar…" En la actualidad se desempeña como Profesora del Colegio Calasanz en la rama de la Física, la Química y la Biología y coparte su vida al lado de su esposo, don Luis Fernando Conejo Morales y sus tres hijos: Javier, Luis y María Fernanda.